Hemos estado hasta las 2 de la madrugada en casa de mis suegros, los padres de Mary, intentando achicar la ingente cantidad de comida que puso para 8 personas de las cuales 2 eran niños de 9 y 3 años que comer comen lo adecuado a su edad, o sea, muy poco.
Se ha hechado en falta la presencia de Mary que estaba trabajando en la U.L.M. del CHUAC. Una put^^a, pero cuando toca, no queda más remedio que apechugar.
Los críos se acostaron sobre las dos y media. Mi inocencia me hizo pensar que con el cansancio acumulado no se levantarían hasta las 9 ó 10 de la mañana. Mi gozo en un pozo. Antes de las ocho ya estaban delante del árbol esperando a que llegase su madre de trabajar y llamándome a grito pelado para que me levantase y poder abrir lo que había dejado el gordinflón colorado en el árbol de navidad.
Juan con su bici y Marta con su nintendo me están volviendo tarumba desde entonces
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