Hoy es uno de esos días en que a los aficionados al fútbol nos gusta que llegue para intentar, al final del partido, celebrarlo por todo lo alto.
Sin embargo, no todo vale a la hora de animar y celebrar (o no) lo que haya hecho el equipo de tus amores. La violencia gratuita que se encargan de azuzar cuatro pelagatos debería ser castigada con fuerza y más en un encuentro entre dos Club's de Galica, representantes ambos de un pueblo que lo están desmantelando por todas partes en los ámbitos de educación, sanidad, pensiones, naval, alcoa, etc.
Por un gran partido, repleto de buen juego, deportividad en el terreno de juego y en la grada, y en el que yo, particularmente, deseo que gane mi Real Club Deportivo de La Coruña.
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